jueves, 2 de junio de 2016

Efemérides Feministas

Recordemos a Hermila Galindo Acosta, feminista revolucionaria, periodista y sufragista

Recordemos hoy el natalicio de Hermila Galindo Acosta, pionera del movimiento feminista en México, luchadora social, oradora por excelencia, maestra y periodista.

La feminista, sufragista y política mexicana que encontró en la defensa de los derechos de las mujeres, el aliciente que condujo su vida y trayectoria política, nació el 2 de junio de 1886, en la Ciudad Lerdo, Durango.
Estudio sus primeras letras en su ciudad natal y otros en Chihuahua. Cursó una carrera corta en la Escuela Industrial de Señoritas, en Chihuahua, en la que estudio telegrafía, inglés, teneduría de libros, taquigrafía, mecanografía y español.

Empezó a emplearse a los 13 años de edad dando clases particulares de taquigrafía, mecanografía y español a niños de Lerdo, Gómez Palacio y Torreón.

Para seguirse preparando Hermilla Galindo en 1911 se traslada a vivir a la ciudad de México, donde trabaja como secretaria para el gobierno maderista, y tras la Decena Trágica, lucha en contra del usurpador Huerta organizando varios clubes revolucionarios.

En 1914 formó parte del comité de bienvenida al Ejército Constitucionalista, de esta forma conoció a Venustiano Carranza de quien más tarde será su secretaria particular.

Como periodista, fundó en 1915 el diario feminista La Mujer Moderna, publicación que promovió el desarrollo de las mujeres al ubicarlas en el sitio que les correspondía en la sociedad.

 Mediante esta publicación defendió la educación laica, reclamó la educación sexual y el derecho de las mujeres a ejercer libremente su sexualidad, sosteniendo que las mujeres, al igual que los hombres, tienen los mismos deseos sexuales, tesis que le acarreó fuertes críticas de sectores feministas conservadores.

 En dicha publicación afirmaba también que la igualdad política debía extenderse a la educación, al trabajo y a las relaciones personales.

En 1916 fue enviada por Carranza para participar en el Congreso Feminista de Yucatán en donde expuso sus ideas sobre feminismo y la participación de la mujer en la política, lo cual causó un revuelo pues en su ponencia explicaba la necesidad de igualdad entre mujeres y hombres incluyendo sus derechos sexuales. Hermila consideraba la necesidad de implementar un plan de educación sexual y señaló a la religión como la principal responsable de la ignorancia de la población al respecto de este tema por tratarlo como un tabú.

 Por su capacidad como oradora, Carranza la nombró su representante en Cuba y Colombia para dar a conocer su doctrina en el exterior. En su carrera diplomática destaca su participación en la conferencia de La Habana, Cuba, contra la intervención estadounidense en los asuntos internos de México.

Su cercanía al poder le permitió a Hermila presentar al Congreso Constituyente de 1916-1917, una propuesta para que en la nueva carta constitucional se incluyeran los derechos políticos de las mujeres. Ella estaba confiada en que la Revolución daría el voto a las mujeres.

"Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en las elecciones de las autoridades, porque si ella tiene obligaciones con el grupo social, razonable es, que no carezca de derechos. Las leyes se aplican por igual a hombres y mujeres: la mujer paga contribuciones, la mujer, especialmente la independiente, ayuda a los gastos de la comunidad, obedece las disposiciones gubernativas y, por si acaso delinque, sufre las mismas penas que el hombre culpado. Así pues, para las obligaciones, la ley la considera igual que al hombre, solamente al tratarse de prerrogativas, la desconoce y no le concede ninguna de las que goza el varón".

Defendió la igualdad de la mujer y su derecho a voto promoviendo la inclusión de éste en los artículos 34.° y 35.° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, sin embargo el Congreso Constituyente decidió no incluir el voto femenino en la nueva carta magna bajo el argumento siguiente:

“El hecho de que algunas mujeres excepcionalmente tengan las condiciones necesarias para ejercer satisfactoriamente los derechos políticos no funda la conclusión de que éstos deben concederse a las mujeres como clase [...] la actividad de la mujer no ha salido del círculo del hogar doméstico, ni sus intereses se han desvinculado de los de los miembros masculinos de la familia; no ha llegado entre nosotros a romperse la unidad de la familia, como llega a suceder con el avance de la civilización; las mujeres no sienten pues, la necesidad de participar en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta de todo movimiento colectivo en ese sentido”.

El voto femenino nunca estuvo en la agenda del día de los constituyentes.

El compromiso de Venustiano Carranza de "restablecer la igualdad de los mexicanos entre sí", y asegurar "a todos los habitantes del país, la efectividad y el pleno goce de sus derechos y la igualdad ante la Ley", no incluyó a las mujeres.

No obstante, Hermila Galindo no retrocede en su lucha por el sufragio femenino y decide presentarse como candidata a diputada por el V Distrito Electoral de la Ciudad de México, Ella sabe de antemano que no se le reconocerá como diputada en caso de ganar, pero se lanza en campaña para llamar la atención de la población de que las mujeres podían y debían ser elegidas para ocupar cargos políticos.

Y dicho y hecho, el Colegio Electoral rechazó el resultado, que a decir de varios historiadores fue favorable para Germila Galindo. El argumento de la autoridad electoral se basó en que las mujeres no tenían el derecho de votar y ser electas a cargos de representación popular.

Hermila Galindo, tenía varias experiencias en el movimiento feminista, pues junto a otras mujeres participaron entre los años de 1916 y 1923 en los dos primeros congresos feministas que se organizaron en Tabasco y Yucatán, donde comienzan a discutir los derechos que el gobierno debía reconocer a las mujeres, entre ellos el derecho de ser ciudadanas legalmente, es decir, tener derecho a votar y ser votadas en cualquier tipo de elección popular.

Durante las décadas de 1920 y 1930 continuó participando en la política. Su labor no se limitó a servidora pública, sino que luchó por las mujeres de México y como resultado de estos primeros y grandes esfuerzos de organización, surgen en Yucatán las Ligas de Orientación Femenina, que demandaban igualdad en los derechos sindicales y salariales, protección a la maternidad y facilidades para el control de la natalidad.

El 7 de febrero de 1940, Hermila Galindo recibe la condecoración al Mérito Revolucionario, por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional y la unificación de Veteranos de la Revolución por los servicios prestados al movimiento durante el primero y segundo períodos: Comprendidos del 19 de noviembre de 1910 al 15 de mayo de 1911 y del 20 de febrero de 1913 al 15 de agosto de 1914. 

Finalmente, en 1953, Hermila vio realizado su sueño cuando el Congreso y el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines aprobaron la reforma al artículo 34° constitucional:

“Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años de edad, siendo casados, o 21 si no lo son y tener un modo honesto de vivir”.

Así, la sufragista Hermila Galindo vio culminada la lucha por el voto de las mujeres mexicanas que ella impulsó al igual que Elvia Carrillo Puerto, Adelina Zendejas, Adela Formoso de Obregón Santacilia, María Lavalle Urbina y Amalia Castillo Ledón, entre otras.

Un año después de la aprobación del derecho al voto de las mujeres, Hermila Galindo Acosta falleció el 18 de agosto de 1954, en la Ciudad de México. A decir de su hija Rosario Topete Galindo: "Luchó por la mujer; murió como vivió: Con sus ideales, con sus anhelos y sus ambiciones, pegada a la máquina de escribir".

Fuentes:

Hermila Galindo, una feminista en la Constituyente de 1917. Guadalupe Cruz Jaimes (CIMAC) Hermila Galindo Acosta. José Jesús Vargas Garza, cronista oficial de Lerdo, Durango.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No se aceptan comentarios anónimos.